En Semana Santa y en el Día de la
Poesía, a un mes de tu partida, el eterno recuerdo de tu bello resplandor nos
viene a buscar.
Permítenos abrazar tu memoria:
QUERIDO KUCHI
-a la memoria de Christian Fritz[1]-
‘Eres un
Sol’
dije al
verte,
percibiendo
en tu interior
la más brillante Fuente.
Aleteo de estrellas,
poesía en tus pupilas,
y tu sonrisa bella
sobrevolando las heridas.
Inefable
candor,
emanando de
tu valentía.
Ejemplo de
Fe en el Creador
sosteniendo
tu bizarría.
Es que te
conocí
honrando la
vida,
dando sin
pedir
tu
generosa luz encendida.
Con
solidarios proyectos y pasión
enalteciste
tu cruz
y con
increíble entrega y exaltación
ofrendaste
tu juventud.
Sublimando
tu enfermedad[2]
abrazaste el
sagrado sentido,
bendiciéndola
como oportunidad
de tu ser y
su latido.
Admirable
gracia y Don,
tu acción
bendita.
Regalo de
Dios
a los
hombres y a tu familia.
Dicen que
partiste…
Yo guardo tu
alegría.
¿Cómo
despedirte
si el Cielo
te da la bienvenida?
Mensaje de
Bien y Amor
fue tu corta
existencia.
Más allá del
dolor
palpita tu
presencia
con la
Bandera de la PAZ[3]
en tus
santas manos perenne,
consagrada a
la inmortalidad
junto a tu
alma por siempre.
Y en nuestro
esperanzado corazón
un
altar te elevamos,
Padrino de
cada buena acción,
Patrono de
jóvenes bienaventurados.
María Irene
Giurlani, Embajadora de Paz
[1] CHRISTIAN FRITZ, Embajador de Paz
–distinción entregada por Mil Milenios de Paz y Fundación Paz Ecología y Arte,
apadrinado por Adrián
Amatuci.
[2] Síndrome de Proteus, más conocido
como Síndrome del hombre elefante.
[3] En la última despedida de Cristian,
querido Embajador de Paz, Inés Palomeque, puso entre sus manos
la Bandera de la Paz de N. Roerich.